Los chicles de Mourinho

Los chicles de Mou, forman parte de una de las mejores interpretaciones en un banquillo. Verlo en unas fotos o videos no es suficiente, que te cuenten sobre él no basta; Los cortos de sus declaraciones me saben a los zumos de bote: Ni tienen sabor, ni jugo, ni gracia, ni na';  A esos cortos de sus declaraciones le falta lo que le quitan: El resto.

Mou es un chicle, no lo entiendes hasta que dejas de mirarlo con asco y lo masticas. No lo quieres si no es tuyo o de los tuyos. Lo masticas, sabe bien, lo vuelves a masticar, sigue sabiendo bien; Pero si estás decidido a que los chicles de sandía son horribles... pues chico, no te puedo ayudar, ahora hay una cosa que se llaman psicologos que te solucionan este tipo de tonterías y estupideces. (Miedo a la oscuridad, pánico al jefe...)

Mou; Su gracia (que se esconde en estupidez concienzuda), la encuentras cuando entiendes el fútbol fuera del terreno de juego, cuando sales del campo y haces un estudio del fenómeno de masas, cuando conoces a muchos futbolistas y sabes qué es lo que necesitan. Necesitan ánimo y Mou está extraordinariamente animado, basta recordar sus celebraciones; Sí, sus celebraciones, son así, y no tienen porqué cambiar. ¿Floren la imita? No, se te pega (como un chicle), cuando ves a alguien disfrutar con la victoria se te acelera el pulso para celebrarlo como él. Este personaje se merece más de un post. Pero voy a cerrar con su frase: "Aspiro a cambiar la filosofía futbolística, no existen entrenadores con las mismas ideas".